El secreto está en ser capaces de dar las gracias sin que ocurran hecho extraordinarios.
A veces, la gratitud solo se siente momentáneamente, cuando pasamos por un apuro. Una vez superado, se nos olvida lo que recibimos.
Hay algunas frases de agradecimiento que nos ayudan a ver lo importante y profundo que hay en ese sentimiento.
Sin embargo, no solamente debemos dar las gracias por un favor recibido a tiempo, sino por todo aquello con lo que contamos diariamente e incluso por lo que no tenemos.
La Gratitud enriquece nuestra vida.
El ser agradecidos llena de más paz interior y nos sentimos más cómodos con la existencia.
Hay dos clases de gratitud: la condicional y la incondicional.
La primera consiste en sentirse bien cuando las cosas salen como uno espera. Como no siempre es así, acaba siendo una emoción esquiva y poco duradera. La segunda consiste en una actitud y un hábito de vida, sentirse bien sin que haya ocurrido nada especial; es decir: estar agradecido por todo y por nada a la vez.
Habrá quien piense que para apreciar o poder verbalizar esa sensación primero debe ocurrir algo que lo motive; es decir, que la emoción debe ser la consecuencia de un acontecimiento favorable. Pero necesariamente no ha de ser así. En realidad, es posible abrigar gratitud sin que haya ocurrido nada especial antes. Ser capaces de dar gracias por algo que aún no ha sucedido. Aunque esta posibilidad pueda ser incomprensible para la mayoría, tiene muchas ventajas. La más obvia es que podemos empezar a estar agradecidos en este mismo momento, sea cual sea la situación personal de cada uno.
Uno de los hábitos comunes de las personas felices es el de empezar el día dando gracias por pequeñas cosas para generar una actitud dichosa para el resto de la jornada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario